Consejos Para Hablar con tu Hijo Adolescente con Diabetes: Evitando la Negación y la Culpa


 2022-05-17

Un estudio viral reciente que encuestó a 1,000 padres demostró que el 75 por ciento estuvo de acuerdo en que los niños de 13 a 19 años eran los más difíciles de criar, siendo la respuesta más importante los 15 años. Ser padre de un adolescente puede ser difícil, punto.

Si se agrega una enfermedad como la diabetes tipo 1 o tipo 2, ¡puede hacer que sea aún más retador!

Como padre de un adolescente con diabetes, tratas de apoyarlo, pero no tienes el control total ni acceso a sus decisiones todos los días. Es posible que ni siquiera tengas acceso completo a sus niveles de glucosa (azúcar) en sangre o la cantidad de insulina que se administra.

Los adolescentes son conocidos por mantener sus vidas y sentimientos protegidos de sus padres. Es posible que se encuentre en un momento de su vida en el que no te encuentre “genial” o quiera hacerlo todo por sí mismo. Es posible que esté confundido acerca de lo que está pasando y se sienta inseguro acerca de lo que pueden consultarle.

Ser un adolescente con cualquier tipo de diabetes es especialmente difícil, y ser su padre o madre también lo es.

Aprender a apoyar y comunicarte con tu adolescente sobre su diabetes puede afectar la forma en que su enfermedad afecta su vida, su relación contigo y toda la familia. Aquí hay algunos consejos para ayudar a tu hijo adolescente con diabetes.

ESCUCHA Y SÉ ABIERTO

Mostrarle a alguien, incluso a tu mamá, tus niveles de glucosa (azúcar) en sangre puede hacerte sentir como si estuvieras exhibiendo tu diario personal. Esos números tienen mucho peso. Si quieres tener conversaciones abiertas y profundas con tu adolescente sobre el manejo de la diabetes, debes crear un espacio seguro y sin prejuicios para que comparta sin temor a meterse en problemas.

Recuerda que la diabetes es muy personal, y tu hijo adolescente inevitablemente siente que sus cifras son una calificación constante: o lo hizo bien o falló. Puede ser aterrador ver fluctuaciones en los niveles de glucosa (azúcar) en sangre como padre o madre, pero si reaccionas regañándolo cada vez, harás que te oculte sus datos. También podrías dejarlo con la sensación de que está fallando incluso cuando está haciendo todo lo posible.

Es fundamental asegurarte de que tu hijo adolescente sepa que puede tener dificultades con sus niveles de glucosa (azúcar) en sangre sin meterse en problemas.

La pregunta simple: “Está bien, parece que tuviste un día difícil. ¿Qué puedo hacer para apoyarte?” puede ser de mucha utilidad. Esta es su enfermedad. Cuanto más reconozcas que él o ella está a cargo, más empoderado se sentirá. Cuanto menos lo regañes y lo juzgues por los niveles de glucosa (azúcar) en sangre imperfectos, más abierto será contigo acerca de lo que está pasando.

Cuando se trata de la diabetes, es posible que solo necesite desahogarse sobre su día, ya sea con un comentario improvisado sobre sus niveles de glucosa (azúcar) en sangre o una conversación de media hora sobre cómo le gustaría que fuera más fácil administrarse un bolo para la pizza. Debes estar presente. Escúchalo. Haz preguntas que le den espacio para seguir hablando sin juzgar.

EMPATIZA Y MUESTRA COMPASIÓN

A veces, los adolescentes solo quieren escuchar que sabes que la diabetes apesta. Puede estar en la naturaleza de los padres querer resolver todos los problemas de sus hijos, pero a veces eso no es lo que necesitan. Por difícil que sea escuchar (y aceptar), ¡a veces no se puede!

“Sé que esto es muy difícil” es una frase poderosa que las personas con diabetes de cualquier edad quieren escuchar de sus familiares, amigos y equipo de atención médica.

Si bien es posible que no puedas entenderlo al mismo nivel que tu hijo adolescente, puedes ofrecerle tu apoyo moral y eso puede marcar la diferencia. 

Reconocer lo difícil que es todos los días manejar las dosis de insulina y los niveles de glucosa (azúcar) en sangre además de las cosas de la vida real significa que también estás diciendo que está bien tener dificultades y está bien cometer errores.

Si quieres hablar más al respecto, recuerda la otra pregunta poderosa que puedes hacer: “¿Cómo puedo apoyarte?” Esto le permite analizar sus necesidades y le da práctica para pedir ayuda. También le da el control de la conversación. Hacer todo por tu hijo adolescente puede hacerle pensar que no puede combatir la diabetes solo, ¡y tú sabes que no es así!

Recuerda que es posible que lo que se siente como apoyo para una persona no lo sea para otra. ¡Deja que tu hijo adolescente dirija este barco! Hazle preguntas y escucha sus respuestas.

CONTROLA TU REACCIÓN Y EVITA PROYECTARTE

Como padre, inevitablemente te preocupas todos los días por su salud y seguridad inmediatas y a largo plazo. Sus ojos. Sus riñones. Niveles bajos de glucosa (azúcar) en sangre mientras conduce, en una fiesta de pijamas y en la práctica de baloncesto. Es un nivel de ansiedad que hace que la ansiedad normal de los padres no parezca gran cosa.

Pero debes aprender a manejar esa ansiedad porque puede afectar negativamente a tu hijo adolescente con diabetes.

  • Cuando estés molesto porque los niveles de glucosa (azúcar) en sangre están bajos en una cita médica de diabetes: Hazle saber que estás molesto porque tiene que lidiar con esto, no que estés molesto porque no maneja la diabetes “perfectamente”. Hazle saber que nadie es perfecto, ¡ni siquiera tú! Apreciará tu vulnerabilidad a largo plazo.
  • Cuando estés frustrado por los costos de los medicamentos y los suministros para la diabetes: Hazle saber a tu hijo adolescente que no tiene la culpa de los altos costos y que estás enojado con tu seguro o el sistema de atención médica en general. ¡Hazle saber que no cambiarías quién es por nada del mundo (incluso si no le gusta escucharlo)! Incluso los adolescentes con un exterior duro necesitan escuchar que son amados incondicionalmente.
  • Cuando estés frustrado con el manejo del día a día: Hazle saber a tu hijo adolescente que no es una carga. ¡Dile que desearías poder quitársela y que estás muy orgulloso de él por lidiar con eso todos los días! Hazle saber que está bien sentirse frustrado a veces, y que no tiene que ser valiente todo el tiempo.
  • Mantén tus expectativas realistas: No se debe esperar que los adolescentes alcancen los mismos niveles de glucosa (azúcar) en sangre que los adultos de 20, 30 y 40 años con diabetes. Sé justo con tus expectativas.
  • Da el ejemplo: Cuanto más le enseñes a tu hijo adolescente que está bien tener dificultades y que está bien levantarse y volver a intentarlo, más adoptará esa mentalidad. Enséñale cómo es una actitud positiva y una mentalidad resiliente.

Como adulto, has tenido más tiempo para desarrollar tu ancho de banda emocional y controlar tus reacciones. Es importante que se lo muestres a tu hijo adolescente para que pueda aprender a desarrollar el mismo conjunto de habilidades, siguiendo tu ejemplo. Crea una relación abierta y directa con tu adolescente para fomentar habilidades para toda la vida.

CELEBRA LAS VICTORIAS GRANDES Y PEQUEÑAS DE LA DIABETES

¡Manejar la diabetes todos los días es abrumador, agotador, aterrador y estresante! Es mucho para cualquiera a cualquier edad. Dale a tu hijo un choca esos cinco por el simple hecho de estar presente todos los días y volver a intentarlo.

Es importante celebrar las victorias grandes y pequeñas con tu hijo adolescente, sin importar qué tan práctico o no debas ser con él y su manejo de la diabetes. Aunque pueda pensar que no eres genial en este momento, quiere que estés orgulloso de él y que seas su mayor animador.

Los años de la adolescencia son un momento fundamental para desarrollar la autoestima, y ​​esto es especialmente cierto sintiéndose capaz de manejar una enfermedad como la diabetes tipo 1 o tipo 2. Encuentra formas de ser positivo y alentador sin ser condescendiente ni menospreciar a tu hijo adolescente. Habla con él en un nivel respetuoso que ambos puedan apreciar.

UTILIZA LAS PALABRAS ADECUADAS CUANDO ESTÉS VERDADERAMENTE PREOCUPADO

Es posible que haya momentos en los que esperar a que se sincere contigo y “simplemente escuchar” no sea una opción. ¡Es aquí donde entra la importancia de ser observador! Si notas cambios en el peso, los niveles de energía, el apetito, las interacciones sociales con amigos o el comportamiento de tu hijo adolescente (más allá de las fluctuaciones “normales” de un adolescente), muestra tu apoyo sin juzgarlo.

Estos son algunos ejemplos de cómo puedes abordarlo si observas alguno de estos cambios:

  • Si el apetito de tu hijo disminuye, esto podría ser una señal de depresión, estrés o incluso anorexia. Si ves que esto sucede, pregúntale amablemente a tu hijo: “Jane, me he dado cuenta de que últimamente no estás comiendo mucho. ¿Está todo bien?”
  • Si notas que tu hijo no sale con sus amigos tanto como lo hacía antes, esto podría indicar que está siendo acosado o que está peleando con ellos. Si lo notas, pregúntale: “John, he notado que no has salido con tus amigos por un tiempo. ¿Cómo están?”
  • Si notas que los niveles de energía de tu hijo son lentos, esto podría ser una señal de depresión, de sentirse aislado o de un mal manejo de glucosa (azúcar) en sangre. Si notas que está más fatigado de lo normal, pregúntale si le gustaría hacer una de sus actividades favoritas contigo. Hagan una caminata familiar, vayan al cine, caminen por el centro comercial, ¡algo que le levante el ánimo y lo haga sentir cómodo!
  • No tengas miedo de llamar a su médico o incluso a un consejero escolar para pedirle consejo si necesitas otra opinión sobre la mejor manera de ayudarlo. ¡Deben estar disponibles para ayudarte en situaciones como esta!

Estos son solo algunos ejemplos de formas productivas de abordar estos retos con tu hijo adolescente.

Cambios como este podrían indicar que tu hijo adolescente está deprimido o necesita hablar con un profesional de la salud mental. Asegúrale a tu hijo que eres una persona segura con quien puede hablar, que no está en problemas y que solo quieres ayudar.

Del mismo modo, como padre o madre, no tengas miedo de explorar la terapia para ti mismo. Nada tiene que estar “mal” para que tú o tu hijo vayan a terapia. La terapia es atención médica y debe recetarse como cualquier otra visita de atención médica preventiva, como un examen físico anual. Tener citas de terapia de rutina puede ayudarte a abordar la vida de manera más productiva y positiva, entre muchos otros beneficios!

LOS PADRES Y LOS ADOLESCENTES NO SON PERFECTOS: ¡ESTÁ BIEN (Y ES DE ESPERARSE)!

Los adolescentes no son perfectos y cometen errores, pero es importante que escuchen que los errores en el manejo de la diabetes son normales y están bien. 

Los padres tampoco son perfectos. La “perfección” no existe. ¡Si todos fuéramos perfectos, no seríamos humanos (y la vida probablemente sería aburrida)! Lo único que podemos hacer es dar lo mejor de nosotros en la vida. Ocurrirán errores en la forma en que reaccionamos y manejamos ciertas situaciones. Debemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás cuando los cometen. También debemos ser intencionales cuando ajustamos y reacondicionamos nuestro comportamiento cuando es constantemente problemático.

Cuando los padres no hacen ni dicen lo correcto, es importante regresar y abordar esos momentos con sus hijos. Si bien podrías sentir que estás admitiéndole a tu hijo que tienes una debilidad, en realidad generará respeto por ti cuando admitas que no manejaste algo bien.

¡Admitir tus errores te hace responsable como padre y establece una base sólida para que tu hijo adolescente crezca con la misma mentalidad cuando enfrente la diabetes u otros retos a lo largo de su vida!

 

ESCRITO POR Julia Flaherty, PUBLICADO 05/17/22, UPDATED 05/17/22

Julia Flaherty es autora, escritora y editora de libros infantiles publicados, comercializadora digital galardonada, creadora de contenido y activista de la diabetes tipo 1. Busca el primer libro de Julia, “Rosie Becomes a Warrior” (“Rosie se convierte en guerrera”). A Julia le parece terapéutica la construcción de conexiones dentro de la comunidad de diabetes tipo 1. Poder contribuir a su progreso le da alegría. Le encanta conectarse con las comunidades de diabetes, ser creativa y contar historias. A Julia le gusta hacer senderismo, viajar, trabajar en su próximo libro o sumergirse en un nuevo proyecto de arte en su tiempo libre. Conéctate con Julia en LinkedIn o Twitter.