Platicando con Robert Lewis, el Diabético Feliz


 2019-07-18

El chef Robert Lewis, también conocido como Happy Diabetic (Diabético Feliz) comparte su experiencia de vivir con diabetes tipo 2, conectarse con el público a través de la comida y cómo puede comenzar a preparar comidas saludables caseras.

¿Cuándo te diagnosticaron diabetes y, experimentaste alguno de los síntomas habituales?

Me diagnosticaron en 1998 mientras estaba de vacaciones. Y sí, en realidad, los experimenté. Al regresar de unas vacaciones en Colorado, me sentía muy cansado y lento, tenía mucha sed y tenía que orinar en casi todas las paradas de descanso. Sabía que algo estaba mal, simplemente no estaba seguro de qué era exactamente, y después de un par de semanas después de llegar a casa y que las cosas siguieran igual, visité a mi médico, y de ahí recibí mi diagnóstico.

¿Te sorprendiste? ¿Cuál fue tu reacción inicial?

Bueno, esa es una muy buena pregunta, porque realmente no sabía qué era la diabetes. Entonces creo que mi reacción fue un poco de confusión. Recuerdo que el médico regresó después de hacerme la prueba y de pincharme el dedo y de sacarme un poco de sangre y todo el asunto. Volvió con muchos panfletos y folletos y me dijo: “Aquí tienes. Esto debería indicarte todo lo que necesitas saber sobre la diabetes Tipo 2″. Hizo una cita para que yo fuera a ver a un educador certificado en diabetes, quien me mostró cómo usar mi monitor de glucosa. Fui a ver a un dietista que trató de ayudarme a entender todo el componente de los alimentos de una manera muy complicada, y salí de todo el asunto pensando: “¿Sabes qué? Esta enfermedad no es para mí”. Básicamente estaba en negación.

Traté de autodiagnosticarme. Leí algunos artículos en Internet que decían que los carbohidratos son malos, así que pensé que simplemente dejaría de comer cereales. Estuve en negación por al menos seis meses y las cosas no me estaban saliendo bien. Pero pensé que saldría de eso. Pensé que si cambiaba la forma en que comía, me curaría. Tenía un sentimiento muy extraño acerca de todo el asunto y estaba muy avergonzado y un poco abochornado por ello.

Bueno, porque la mayoría de la gente piensa que comiendo, tú mismo te causas la diabetes. Y eso es lo que pensé que había sucedido, y que eso es lo que diría la gente. Las personas que conocía que no sabían nada sobre la diabetes me describían su régimen de alimentación y decían cosas como “oh, no más hamburguesas con queso para ti. No más dulces, no más helados”. Todo era muy confuso.

Cuéntanos más sobre el componente alimenticio. ¿Ya eras chef en este momento? ¿Ya tenías formación culinaria?

Sí. Me gradué en The Culinary Institute of America, el Harvard de las escuelas culinarias, en 1976. Así que estuve trabajando en cocinas de gran producción y, cuando me diagnosticaron, retenía un trabajo que aún conservo, que era el de Director de Capacitación y Desarrollo y Chef corporativo de una cadena de restaurantes aquí en el medio Oeste. Entonces, aunque no estaba en la cocina todos los días, ciertamente esto vino más adelante.

Con toda esa experiencia culinaria, ¿todavía piensas que tuviste muchos problemas para ajustar tu dieta o que tu entrenamiento en realidad te ayudó?

Yo no hice nada. No comí diferente, excepto que dejé de comer cereales. Durante esa fase de negación de seis meses, ignoré el diagnóstico. Así que un día volví a casa y mi esposa, Cindy, me dijo: “Oye, estás en negación y esto ya no funciona. Tenemos que controlar esta enfermedad. Es grave y no la estás tomando muy en serio”. Y yo le dije: “Bueno, cariño, ¿qué sugieres?” Ella me dijo: “Bueno, llamé a nuestro hospital local. Tienen un curso de dos días sobre educación de diabetes y te he inscrito en el curso. Y vas a ir”.

Y le dije: “Cariño, eso será genial. No puedo esperar. Muchas gracias por tomar la iniciativa en eso”. Pero en mi mente, pensé: “No hay manera de que vaya a ese curso. No hay posibilidad. No me llevarás allí”. Saqué mi calendario y le dije a mi esposa: “Entonces, ¿cuándo es?”, pensando que probablemente podría encontrar una manera de evadirlo. Ella dijo: “Bueno, es gracioso que lo preguntes. En realidad es mañana”. Y le respondí: “No hay manera”. Levantó la mano y dijo: “Escucha. Llamé a tu jefe. Tienes los siguientes dos días libres. Me aseguré de que no haya nada en tu agenda. Así que esto es lo que va a pasar: Voy a preparar tu almuerzo. Te llevaré al hospital. Te voy a dejar en la puerta, y volveré a las cinco para recogerte. Y será mejor que salgas por esa puerta a las cinco en punto”.

Así que salí con mi pequeña bolsa de almuerzo que decía: “Robert”, y fui a mi clase de diabetes. Como puedes imaginar, no tenía ánimos de ir. No quería formar parte de eso, pero por primera vez en mi vida, de repente me vi rodeado por todas estas otras personas que lidiaban con la misma emoción y los mismos retos que yo. Y a través de este increíble programa educativo, aprendí que no estoy solo. Tengo una enfermedad que es muy mala. Y necesitaba tomar control de ella. Así que ese fue mi despertar espiritual a la diabetes y salí de esos cursos de dos días diciéndome a mí mismo: “Robert, tienes hijos y tienes nietos por venir”. Será mejor que resuelvas esto”.

Y tomé clases para llegar ahí. Y una vez que tomé posesión, de verdad, entonces empezaron a suceder algunas cosas sorprendentes. Comencé a enfocarme. Pude buscar personas con la información correcta. Y poco a poco comencé a hacer algunos cambios en mi estilo de vida. Es decir, es una montaña rusa. Seamos honestos al respecto. Pero comencé a hacer algunos cambios en mi estilo de vida, comencé a tomar mi medicamento cuando tenía que hacerlo, medía mi nivel de azúcar en la sangre con más frecuencia, usaba mi pequeño kit de laboratorio de glucosa en la sangre como si fuera mi boleta de calificaciones, y comencé a comer mejor y hacer más ejercicio y tuve algunos resultados muy buenos. Eso fue lo que me sucedió. Creo que la negación es algo muy común que les sucede a las personas con diabetes.

Les avergüenza y no la entienden. Mi médico nunca debió haberme dado panfletos. Es decir, debió haber pasado un momento conmigo para explicarme lo que estaba sucediendo en mi cuerpo. Tomé posesión de las circunstancias y comencé a vivirlo y me di cuenta de que no es algo vergonzoso y de que no me lo hice a mí mismo. Pero voy a vivir mejor. Hoy les digo a las personas: “¿Quieres estar saludable? Consigue una buena enfermedad”. Ya sabes, porque de esa manera realmente te enfocas en tu salud. Por supuesto, tengo que eme decir también que no le deseo una enfermedad a nadie, pero no hay nada como un pequeño enfoque para ayudar.

Cuando dijiste hereditario, ¿es porque la diabetes corre en tu familia?

Bueno, esa es una buena pregunta. Esto es lo que sé. Tengo un hermano mayor, Howard, quien años más tarde después de que me diagnosticaron, también fue diagnosticado. Pero lo que no sabemos, es que mi madre fue adoptada; fue adoptada en Boston, Massachusetts, hace mucho tiempo, y ella falleció. Así que no hay comunicación real sobre eso. Así que solo tenemos que asumir que probablemente fue algo relacionado.

Lamento mucho el fallecimiento de tu madre. ¿Notaste algún síntoma de diabetes en retrospectiva?

No, ella era la persona más sana del mundo.  Comía bien, se cuidaba, hacía ejercicio. Ella era increíblemente saludable. Ella iba al médico todo el tiempo. Estaba muy interesada en su salud.

Cuéntanos acerca del Diabético Feliz. ¿Cómo empezaste con eso y por qué?

Comenzó conmigo tratando de descubrir recetas que sabían bien. Recuerdo que después de que me diagnosticaron, fui a una librería Borders a buscar libros de cocina para personas con diabetes porque quería aprender a cocinar lo que creía que era apto para personas con diabetes y los únicos libros de cocina que encontré en Borders en ese momento eran libros de cocina escritos por médicos o dietistas; ninguno por chefs. Ninguno me pareció tener un verdadero atractivo para los tipos de alimentos que yo comía. Estoy seguro de que esos libros tenían buenas recetas, pero no se adaptaba a mi estilo de cocina. Salteado, verduras rápidas, frescas y sabores geniales.

Comencé a crear algunas recetas y trabajé con algunos dietistas muy buenos que me ayudaron con algunos de los componentes nutricionales, entonces eso fue realmente solo para mí. Y estaba haciendo algunos eventos de clases de cocina en la comunidad a través de una universidad comunitaria local, solo una especie de actividad adicional divertida. Entonces, una de las clases que hice para la comunidad fue sobre cómo cocinar de forma saludable, porque pensé: “Bueno, estoy comiendo un poco saludable estos días” y creé algunas recetas y pensé en un par de clases de una hora. Fue realmente increíble.

Una productora de un afiliado local de NBC estaba sentada en el público. Y después de la clase, ella me dijo: “¿Sabes qué, Robert? eso fue realmente genial. Tenemos un programa de entrevistas por la tarde de media hora con un anfitrión, ellos hablan sobre las personas en la comunidad y usualmente hay un chef que cocina. ¿Te gustaría venir y hacer algunas recetas? Le dije: “Claro, suena genial!”.

Entonces, lo hice durante unas seis o siete semanas. Fue muy divertido. Estaba desarrollando mis habilidades. Cada año, el afiliado de la NBC tenía una feria de estilo de vida para mujeres. Fue un evento de dos días y llevaban a personas como Al Roker y Richard Simmons. Es una feria comercial, habían proveedores y oradores, y ese tipo de cosas. Me invitaron a participar para tener más exposición y me dieron un puesto. Entonces, en el proceso de preparación para ello, mi hija menor me dijo: “Oye papá, tenemos que darte un nombre. Como el ‘chef’ algo. Tenemos que inventar un nombre divertido”.

 Ella continuó, “Eres la persona más feliz que conozco. ¿Por qué no te llamas a ti mismo el Chef diabético feliz? Así que dijimos: “Está bien, esto es ridículo, pero está bien”. Tomé tres o cuatro de mis recetas e hice entre una docena y 50 copias, pensando que solo daría algunas recetas y haría un evento para conocer y saludar, supongo. En resumen, hice la demostración de cocina, limpié, volví a mi puesto y había alrededor de 40 mujeres de pie allí. Y caminé a través de la multitud un poco, entré a mi puesto y me di la vuelta y pensé, tal vez alguien murió. No sabía qué estaban haciendo allí. Y les dije: “Hola a todos. ¿Puedo ayudarles?”. Ellas dijeron: “Sí. Estamos aquí para comprar tu libro de cocina”. Repartí todas las recetas que pude y, al año siguiente, escribí nuestro primer libro de cocina. La próxima vez que asistí a ese evento, vendí todos los libros de cocina que tenía.

Mi familia y yo pensamos que teníamos algo que podía hacer una diferencia en la vida de alguien. Así es como comenzó el Diabético Feliz. Y volví a la feria de salud muchas veces y solo de boca en boca, la gente me llamaba para informarme o invitarme a hacer una demostración de cocina. Incluso si no podían pagarme, iba. Después de descifrar cómo recibir mensajes, recibía llamadas de Abbott, hospitales u otras organizaciones para hablar o cocinar en ferias de salud. En resumen, aré el terreno, sembré un poco de maíz, lo regué mucho y esperé cosechar.

Esto realmente arroja algo de luz sobre la cantidad de personas que buscan maneras de cocinar de manera saludable en casa. Quieren aprender cómo hacerlo y solo quieren saber la técnica. ¿Cuál era la receta que estabas dando? ¿Cuáles son algunas de tus recetas favoritas?

Oh cielos. Ni siquiera me acuerdo. Pero estoy seguro de que era una especie de salteado, una especie de salteado con sabor mediterráneo. Pollo y vegetales. Son cosas que puedes comprar en el supermercado local. Eso es algo que siempre he hecho. Siempre he intentado crear recetas [de ingredientes] que podrías comprar en tu tienda local Ralphs, Albertson’s, Kroger. Dondequiera que estuvieras viviendo, podrías comprarlos allí. Empecé a pensar “¿Cómo convierto los ingredientes ordinarios en algo extraordinario?”. Y eso es lo que hago, simple y fácil. Hagamos tres platos en 30 minutos. Sencillo, pero apto para personas con diabetes, que realmente tenga un sabor inspirado por un chef, creado por un chef. No cazuelas ni comidas desabridas, sino comida con algo de sabor. Esas son las recetas que amo hacer para la gente. Postres simples, platos simples salteados, brochetas de salmón a la parrilla, ensaladas de cuscús, ensalada de tomate y cebolla marinada, simple y fácil, cerdo a la parrilla.

Hablemos de algunas de las cosas dulces. ¿Cómo recomiendas hacer postres en casa? ¿Cuáles son algunas maneras en que puedes implementar ese sabor dulce en tu cocina?

He cocinado con muchos edulcorantes como Splenda o Stevia, y lo único que he aprendido es que aunque la gente tiene varios gustos, a algunas personas no les gusta el sabor de la stevia, aunque es totalmente natural. A algunas personas no les gusta el sabor de Splenda. Piensan que sabe raro. Y ninguno de los dos son en realidad buenos al hornearlos. Si vas a hornear con Splenda o stevia, en realidad lo que tienes que hacer es hacerlo mitad y mitad con azúcar porque necesitas la caramelización. Realmente no respaldo los alimentos sin azúcar porque tienden a ser más altos en carbohidratos. Tienden a tener algunos edulcorantes que pueden hacer que tu cuerpo haga cosas increíbles que no te gustarán. Y supongo que esto te da una falsa sensación de que puedes comer más porque no tiene azúcar y es bueno para ti. Pero normalmente tiene más carbohidratos, lo cual no es bueno para ti.

En cambio, lo que le digo a la gente hoy es: “Prepara el postre que desees. Haz el pastel de manzana que quieras. Tengo un asombroso pastel de queso de harina de almendra y Splenda que es increíble. Y el pastel de queso es un poco diferente porque no necesitas la caramelización, pero le digo a la gente que haga el postre que quiera. Haz el brownie que quieras. Haz el pay de cereza que quieras, pero concentrémonos en las porciones. No te niegues a ti mismo las cosas que amas. Pero come una porción moderada y guarda el resto y termina con eso. Yo uso Splenda en la avena. Uso stevia en cereales y avena. Me encanta el espresso, así que en lugar de poner azúcar en mi espresso, uso stevia.

Entonces, ¿cuáles son algunas maneras fáciles en que alguien puede comenzar a cocinar más sano hoy?

Siempre tengo un arsenal de sabores. Tienes que concentrarte en tus porciones, número uno. Eso tiene que ser clave. Pero las personas tienden a cocinar de manera tan desabrida que simplemente pierden el interés. Así que, en primer lugar, siempre uso una grasa de estilo monoinsaturado, como el aceite de maní, el aceite de canola o el aceite de oliva, así que siempre los tengo como mis aceites de cocina básicos para usar, pero hay 128 calorías en una cucharada de aceite de oliva. Así que es pura grasa que produce grasa, que aumenta la grasa. Es pura grasa. La idea sería cocinar con menos grasa, entonces me gusta usar sartenes antiadherentes cuando cocino para no tener que usar tanta. También me gustan los sprays de cocina. Como cocino con menos grasa, uso algunas de mis hierbas y especias favoritas porque necesito sabor. Así que siempre tengo, generalmente sal de mar, pero no uso mucha. Uso pimienta fresca y compro molinos. Siempre tengo tomillo, romero, albahaca, orégano, especias italianas. E incluso uso la marca Mrs. Dash, que hace excelentes condimentos sin sal que son muy buenos. Tengo cinco o seis hierbas que uso regularmente que me gustan mucho. También tengo ajo cerca siempre, incluido el ajo en frasco. Puedo abrir el frasco, meter mi cuchara, y agregarlo al platillo. Esas son realmente mis especias habituales porque puedo hacer pollo, pescado, salteado mediterráneo, ese tipo de hierbas de estilo mediterráneo simplemente acompañan bien cualquier cosa. Entonces, si voy a hacer salmón, tomo unos filetes de salmón, un poco de aceite de oliva virgen extra, ajo, orégano, albahaca, mejorana, algo así, lo seco y lo pongo a marinar, y listo.

Si vinieras a mi casa, encontrarías en mi despensa, muchos frijoles. Frijoles blancos, frijoles negros, frijoles rojos, porque lo que me encanta de los frijoles es que son baratos, ricos en proteínas y altos en fibra. Te llenan, ¿verdad? Ayudan a frenar el azúcar en la sangre. Así que si hago platos salteados o si hago un plato de pollo mediterráneo, siempre le pongo frijol blanco. O si hago salsa de espagueti, podría poner frijoles blancos en mi salsa de espagueti, solo para mejorar esa proteína y esa fibra.

Si hago una ensalada César o algún tipo de ensalada picada o algo en mi casa, le agrego unos frijoles, frijoles negros. Los enjuago. Todos estos frijoles se enjuagan y se lavan muy bien. 

Caminar a través de la sección congelada es una excelente manera de comprar verduras y ahorrar algo de dinero.

¿Sabes qué? Me alegra que lo hayas mencionado porque la gente piensa que las verduras congeladas no son buenas. Pero la realidad es que son increíbles. Casi son más nutritivas porque las seleccionan de inmediato y luego se congelan de inmediato y son baratas. Una de mis cosas favoritas es el arroz de coliflor.

Para la gente que se olvida de sacar el pollo del congelador antes de ir al trabajo, Robert tiene un truco para cocinar. 

Una cosa que le digo a la gente que haga y lo hago todo el tiempo es ir a la tienda y comprar una bolsa de pechugas de pollo congeladas. Traen unas cinco, seis, o siete, y descongelo todo en una bolsa en un plato en mi refrigerador durante la noche. Luego las pongo a marinar, las aso o las horneo, una o todas a la vez. Después de enfriarlas, las rebano y luego las separo por porción en bolsas y las pongo en mi congelador. Así que si llego a casa esta noche y quiero cocinar pollo, algún tipo de pollo asiático salteado, simplemente voy y abro el congelador, agarro un par de bolsas de pechugas de pollo ya cocidas y en rodajas. Las descogelo en el microondas y las agrego a mis vegetales.

¿Cuáles son los utensilios que todo cocinero casero necesita en su cajón?

Creo que necesitas un buen cuchillo francés de nueve o diez pulgadas. Ese es el cuchillo con el mango más grande, con una hoja más grande que se estrecha hasta la punta. Creo que necesitas un buen cuchillo francés. Necesitas un buen acero que mantenga tu cuchillo afilado y un par de cuchillos de pelar. No necesitas mucho, tal vez unas tazas medidoras, peladores de verduras. No tienes que gastar mucho dinero, no es necesario. Pero un cuchillo de buena calidad te durará.

Necesitas un sistema de afilado porque los cuchillos se desafilan.

Si no deseas afilar los cuchillos periódicamente, busca una ferretería o algún lugar de tu ciudad donde puedas dejarlos para que los afilen profesionalmente. Cocinar es mucho más divertido con un cuchillo afilado. Los cuchillos afilados van a donde tú quieres que vayan y son mucho más seguros de usar porque no tienes que usar tanta presión.

Sabemos que un cuchillo sin filo es un cuchillo peligroso. 

Lo es. La gente siempre me pregunta: “¿Cómo se corta una cebolla para no llorar tanto? Me lloran los ojos”. Y les digo: “Bueno, muéstrame el cuchillo que estás usando”, y por lo general es un cuchillo muy desafilado. Entonces, lo que sucede es que cuando cortas la cebolla con un cuchillo sin filo, rompes las membranas, lo que segrega todos esos vapores que hacen que te lloren los ojos. Pero un cuchillo súper afilado los cortará limpiamente y tendrás menos de eso.

Es lo mismo con los utensilios de cocina. No es necesario comprar utensilios de cocina caros y no lo recomendaría. Gastaría todo mi dinero en ingredientes increíbles y ahorraría dinero en utensilios de cocina. Compro utensilios de cocina de bajo costo y cuando se ponen feos, los tiro. Voy a IKEA a veces, o ese tipo de lugares. Simplemente compro utensilios de cocina básicos, antiadherentes y cuando empiezan a desarmarse, los desecho porque solo pagué 15 o 20 dólares por ellos. Pero le digo a la gente, no dejes que los utensilios de cocina te detengan.

¿Cuáles son algunas palabras de empoderamiento que tienes para el público con diabetes Tipo 2?

Bien, esta es una muy buena pregunta. Me levanto todos los días y me digo a mí mismo: “Robert, tienes que hacerlo mejor hoy que ayer”, porque lo que no quiero hacer es castigarme por lo mal que hice las cosas ayer porque no puedo deshacerlo. Ahora tengo que centrarme en hoy y tratar de hacerlo mejor. Así que me levanto todos los días y digo: “Robert, tienes que hacerlo mejor hoy que ayer”. Y ayer podría haber sido un buen día, pero tal vez me comí cuatro porciones de pizza porque estaba fuera de control en lugar de las dos que me comería normalmente. Y no voy a castigarme por eso, sino que voy a decir: “Hoy voy a hacerlo mejor”. Ese es un ejemplo.

Aquí hay otro pensamiento que me gustaría dejarle a la gente, ¿sabes por qué tu espejo retrovisor es tan pequeño y el parabrisas de tu automóvil es tan grande? Porque no se trata de dónde has estado, sino de a dónde vas. Así que mira hacia adelante. Porque lo que hacemos es darnos una paliza por lo mal que lo hemos hecho y lo malos que fuimos como personas con diabetes. Y que no éramos muy buenos y, “Oh, Dios mío”, ¿pero sabes qué? Supera eso porque no puedes devolver nada de eso. También quiero decirle a la gente, todo con moderación. Empieza despacio. Realmente no puedes comerte un elefante de un bocado. No empieces a hacer cambios dramáticos en tu estilo de vida. Si nunca has usado aceite de oliva, compra un poco de aceite de oliva y juega con él y pruébalo. No salgas y gastes $300 en todos estos increíbles ingredientes de comida y esas cosas porque me viste cocinar con eso. Comienza con una cosa y vuélvete muy bueno, porque en seis meses, cuando desarrolles tu estilo de vida, habrás desarrollado un estilo de vida en la forma en que comes. ¡Puedes hacerlo!

Nos encanta eso. Robert, por favor, dile a nuestro público dónde pueden encontrarte y cómo pueden contactarte.

Absolutamente. Entonces, mi sitio web es happydiabetic.com y ese será el recurso número uno. Ciertamente pueden buscarme en Google: Chef Robert Lewis, diabético feliz. Vayan a YouTube. Tengo un canal de YouTube, pero si van a mi sitio web happydiabetic.com, encontrarán enlaces a mi podcast llamado The Happy Diabetic Kitchen, que es muy divertido. Entrevistamos a personas con diabetes que hacen cosas geniales, hablamos de recetas y es solo un evento divertido para mi hijo Jason y para mí. Es mi coanfitrión y productor, por lo que es un gran show de padre e hijo.

Todos mis enlaces de redes sociales están ahí, también. Tengo algunas páginas de Facebook, una página de grupo donde las personas comparten ideas, pero happydiabetic.com es probablemente donde se encuentra todo junto. Todos mis libros de cocina están ahí, así como recetas, videos y un enlace para contactarme. Si accedes al enlace de contacto, irá directamente a mi correo electrónico privado. Respondo a todos mis correos electrónicos y me encantaría saber de ti.

También hay algo divertido en mi sitio web que me gustaría mencionar. Hay una pequeña pestaña donde puedes dejarme un correo de voz. Mi declaración a todo el mundo es: “Debido a mi diabetes, _____”. Así que realmente me gustaría saber de ti, lo que sucedió en tu viaje con la diabetes que hizo una diferencia para ti, que te inspiró. ¿A quién conociste? ¿Cómo le diste la vuelta? Y luego, lo que hago en mi podcast, es que tengo una parte llamada: Debido a mi diabetes. Y reproduzco estas grabaciones sobre cosas inspiradoras que las personas hicieron, conocieron, vieron o comieron que pueden ayudar a influenciar a otros.

ESCRITO POR T'ara Smith, PUBLICADO 07/18/19, UPDATED 10/28/22

T’ara fue diagnosticada con diabetes Tipo 2 en Julio de 2017 a los 25 años. Desde su diagnóstico concentró sus estudios académicos y su carrera profesional en concientización de la diabetes y trabaja para vivir al máximo. Ella está emocionada de unirse al equipo de Beyond Type 1 y continuar su trabajos. Cuando no está trabajando Ella disfruta mucho ir al cine, visitar parques con su perro, escuchar BTS y cocinar alimentos saludables. Ella es nutrióloga de la Universidad Americana.