Reaprender a Vivir Mejor
Hace unos días, el 20 de noviembre de 2020 para ser exacto fue mi diaversario. Cumplí 9 años de mi debut con diabetes Tipo 2.
Fue un día tranquilo, no hice nada especial para festejar, y es que, ¿en realidad hay algo que festejar? Yo no sé qué pensar al respecto, suena algo raro festejar vivir con una enfermedad crónica, la cual nunca se irá de mi lado y con la que he aprendido a vivir, al grado de no sentirla como enfermedad, sino como lo que pienso que es, una condición de vida que no quería tener, pero las circunstancias la trajeron a mi vida.
Aprendiendo a vivir mejor
A lo largo de estos 9 años de vivir con mi compañera de vida llamada diabetes tipo 2, he aprendido a vivir mejor, a cuidarme más y a hacer cosas que antes no hacía. Claro que he tenido altibajos como todos en algún punto del camino. Además de que el burnout me ha pegado en algunas ocasiones y he podido salir poco raspado de esos episodios.
Este año no hice alusión a mi diaversario ya que tan solo un mes antes, había pasado por una situación de mucho estrés pues me hicieron la prueba de Covid-19. Fueron días muy duros y de mucha incertidumbre, pero gracias a Dios, los resultados fueron negativos.
Sin bajar la guardia
A partir de ese día algo cambió en mí, sí, salió negativo, pero aún así seguía con un miedo enorme ante la posibilidad de un contagio de SARSCOV2. Ese temor no ha desaparecido, por el contrario, se ha mantenido y creo que me ha ayudado a no bajar la guardia para evitar algún contagio.
Muchos dirán que quizá exagero, pero no, pues no solo tengo diabetes Tipo, también tengo obesidad grado 1, asma y rinitis alérgica, lo cual me convierte en persona de un grupo elevado de riesgo de complicaciones severas si llego a contagiarme.
Por el lado de la diabetes sé que no tengo mucho problema, pues tengo un buen manejo de mi condición. Mi hemoglobina está dentro de un rango saludable, y mis niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico se encuentran dentro de la media. Sin embargo mi mayor preocupación era la baja oxigenación que tenía (y sigo teniendo) debido al asma, por lo cual, pasé noches sin dormir ya que me faltaba el aire y no podía respirar bien.
Cambios necesarios
Toda esta situación me ha llevado a replantearme varias cosas, a ver las cosas desde otra perspectiva, a hacer cambios que son necesarios en mi vida, a enojarme menos y vivir más, a disfrutar más el tiempo que tenemos con nuestros seres queridos, familia y amigos.
Debido al estrés de esa situación terminé subiendo varios kilos por el miedo a salir y ahora sí contagiarme. Ahora debo hacer ajustes de nuevo en mi alimentación y en mi actividad física para bajar esos kilos y para seguir bajando de peso.
Ha sido un proceso muy desgastante pues tuve que gastarme todos mis ahorros en estudios y medicinas y quedar en números rojos. Sé que todo esto pasará y algo bueno saldrá de esta nueva normalidad. Sé que cuento con verdaderos amigos, y aunque son pocos, también sé que cuento con su apoyo.
Quizá sea por todo esto que este año decidí no festejar mi diaversario, porque ha sido un año muy malo en términos generales, y quizá sea por eso que no tengo nada que festejar, pero sí mucho que agradecer.
Esta es una pequeña carta de desahogo de mí para mí y para todos ustedes quienes me han acompañado en este camino que inicié en el 2011 y que de alguna manera se han cruzado en mi camino.
Les agradezco sinceramente y de todo corazón el estar aquí y ahora conmigo en este camino.
Gracias por todo.
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