Superando el miedo a las inyecciones de insulina
Una herramienta esencial para manejar la diabetes es la terapia con insulina. Con varios tipos diferentes de insulina y métodos de administración, la terapia con insulina puede ser altamente personalizada. A pesar de los beneficios de la insulina para el manejo de la diabetes, muchas personas tienen dudas acerca de comenzar con las inyecciones.
La gerente de contenido de Beyond Type 1, Liz Cambron-Kopco, se reunió con los miembros de la comunidad de diabetes Damaris Palacios y Rachel Lalonde para hablar sobre las inyecciones de insulina y los temores de la autoadministración y las percepciones falsas y negativas sobre el papel de la terapia con insulina en el manejo de la diabetes.
La transcripción a continuación ha sido editada por motivos de extensión y claridad.
BT1: Queremos hablar con los miembros de la comunidad sobre el miedo detrás de la insulina y las inyecciones de insulina. Cuéntenos un poco sobre ustedes, dónde están, qué tipo de diabetes tienen, cuándo las diagnosticaron y si usan insulina.
Damaris: Mi nombre es Damaris. Estoy viviendo en Houston, Texas. Me diagnosticaron cuando tenía 11 años, cerca de los 12, y actualmente me administro Lantus y Fiasp. Tengo diabetes tipo 1 y me diagnosticaron en 2005.
Rachel: Soy Rachel y vivo en Baton Rouge, Luisiana. Tengo una historia de diagnóstico interesante porque originalmente me diagnosticaron diabetes tipo 2 y luego descubrí que en realidad tengo diabetes autoinmune latente en adultos, (LADA, por sus siglas en inglés). Cuando comencé a usar insulina, fue un gran cambio para mí. Actualmente me administro insulina con una microinfusora Tandem, la t:slim, y uso Fiasp con ella.
Estoy emocionada de tener dos perspectivas diferentes que compartan su versión de la historia aquí. ¿Cuál era su impresión de la insulina antes de empezar a usarla?
Rachel: Me diagnosticaron diabetes tipo 2 cuando tenía veinte años. Cuando tenía 30 años, descubrimos que era LADA. Empecé a administrarme insulina antes de que nos diéramos cuenta, y hasta ese momento, las únicas conversaciones que surgieron en torno a la insulina con diabetes tipo 2 fue que era el último recurso si estabas fallando.
Era visto como una falla de control. Era: no quieres tener que usar insulina porque eso es lo último. Mi perspectiva es muy diferente ahora, pero nunca se presentó como una herramienta que pudiera usarse. Siempre se presentó como el resultado final de no ser lo suficientemente buena.
¿Es esa la misma perspectiva en la comunidad de diabetes tipo 1?
Damaris: En cierto sentido, lo es, no en cuanto a administrarte [insulina], sino en la cantidad que te administras, porque siempre existe la resistencia. Es: “¿Cuál es tu proporción de insulina a carbohidratos?” Eso te permite ver si estás mejorando o si tu manejo quizás está empeorando, o si otros factores, como el aumento de peso, pueden afectar la cantidad de insulina que te estás administrando.
Ni siquiera sabía qué era la insulina antes de que me diagnosticaran. Es decir, soy mexicana-estadounidense, por lo que la diabetes tipo 2 es muy común. En cuanto a la diabetes tipo 1, no se presentaba en mi familia. Solo recuerdo que venían con los pequeños viales mientras estaba en el hospital cuando me diagnosticaron. Me dijeron, “vas a mezclar estos”. Y yo dije, “¿Qué es eso?”
Fue mucho para asimilar porque mis padres son inmigrantes. Por lo que ellos tenían que entenderlo todo y yo intentaba procesarlo todo mientras lo traducía y lo descifraba, fue abrumador.
De niño, piensas: “Espera… ¿esto seguirá para siempre? ¿Hay algún momento en que pueda apagarlo? ¿Qué significa esto para el futuro?”
¿Tuvieron miedo cuando finalmente les dijeron: “Bien, esto es algo que tendrás que administrarte”? ¿Cómo manejaron tener que utilizar insulina?
Rachel: Empecé a administrarme insulina con una pluma con Lantus, y creo que NovoLog. Cuando quedé embarazada, de repente mi nivel de glucosa (azúcar) en sangre en ayunas estaba en el [rango] de doscientos a trescientos. Era extremadamente alto. Mi endocrinólogo me recetó insulina de inmediato, y fueron solo las plumas, y fueron fáciles. No fue para nada aterrador para mí.
Pero cuando cambié a medicina materno-fetal para el cuidado porque estaba embarazada, me cambiaron a viales con jeringas. Algo sobre ver la jeringa era muy aterrador para mí. Siempre les había tenido miedo a las agujas, y las agujas de las plumas en realidad no contaban como agujas en mi cerebro porque son muy pequeñas.
Cuando tuve que usar jeringas, eran tres veces más grande. Lloré durante horas antes de ponerme mi primera inyección. Sí, era una mujer adulta y estaba aterrorizada.
Eso es válido. Mucha gente les tiene miedo a las agujas. Mi mamá usaba agujas y jeringas y viales para la insulina. Cuando vi la jeringa, tuve recuerdos del programa DARE, que decía, “No consumas drogas”, y nos mostraban fotos. Mucha gente nunca ha visto una jeringa. ¿Recuerdan cómo se sintieron cuando tuvieron que empezar a inyectarse insulina?
Damaris: Curiosamente, mi hermana mayor trabajaba como asistente en una clínica. Estaba acostumbrada a las agujas y a las vacunas contra la gripe. Ella me ayudó mucho. Me ponía un par de inyecciones, lo que me dolía más porque algunas insulinas me escocían un poco más.
Lento pero seguro, dejé de depender tanto de ella. Todavía era su hermanita, entonces lo hacía por amor, y siempre estoy agradecida por eso. Me alegro de haber podido quitarme lentamente las ruedas de entrenamiento porque es un poco abrumador cuando piensas en las inyecciones como un requerimiento diario.
Probé la microinfusora por un tiempo, pero algo acerca de simplemente tener el control de la insulina y la cantidad que administras y ver la jeringa me hizo sentir más segura y cómoda después de un tiempo de probar ambas.
Rachel: Cuando usé por primera vez una pluma con una aguja de pluma, tenía cierta aprensión, pero nada como ver la jeringa. Lloré durante horas y horas y horas hasta que mi esposo llegó a casa del trabajo.
Sostuvo mi mano mientras me inyectaba. Creo que [sentir] la motivación de saber que estaba embarazada y que el niño dentro de mí necesitaba que lo hiciera me ayudó mucho. Pero es decir, incluso eso no fue suficiente para que dijera: “Bien, esto está bien”.
Es casi como una terapia de exposición. Una vez que lo haces muchas veces, es algo a lo que te acostumbras. Como cualquier nueva habilidad que aprenderías, tiene una curva de aprendizaje.
Lo había hecho tantas veces que era una segunda naturaleza. Especialmente porque mientras estaba embarazada, estaba en un régimen de insulina muy agresivo. Eran muchas inyecciones todos los días. Creo que esa gran cantidad me hizo pensar, “Está bien, lo he hecho X cantidad de veces, y todavía no ha pasado nada malo”.
¿Qué consejo tienen para alguien que tiene miedo de comenzar la terapia con insulina?
Rachel: Diría que lo más importante para alguien a quien acaban de diagnosticar es, sin importar el tipo [de diabetes] que tenga, explicarle que la insulina es solo una herramienta. Tener que usar insulina o no usarla no es un reflejo de tu moralidad, ya sea que seas una buena o mala persona. Es solo otra herramienta más a nuestro alcance, ¡y gracias a Dios porque es increíble!
Muchas personas con diabetes gestacional hablan de que “fallaron” la prueba de tolerancia a la glucosa. No fallaste en nada.
Mi mayor consejo para cualquiera que esté comenzando con la insulina es que va a dar miedo y va a apestar, pero luego va a mejorar. Es solo una herramienta. No es un fracaso si usas insulina.
Damaris: Creo que es importante darse cuenta de que es mi cuerpo humano el que necesita algo. No debo sentir vergüenza por eso. Es solo una tarea adicional que debe hacerse para mantener buenos niveles de glucosa (azúcar) en sangre. Si te acaban de diagnosticar, diría que tal vez pruebes las inyecciones. Recuerdo que hubo algunos amigos que me dijeron que al inicio cada vez que se reunían con su educador en diabetes, practicaban con frutas y cosas por el estilo.
Es como la piel, por lo que puedes tener una idea de cuánto empujar o cómo se siente físicamente en tu mano. Y si absolutamente no puedes ponerte inyecciones, prueba con una microinfusora. Obviamente, no siempre es lo más fácil con la accesibilidad y la asequibilidad, pero mientras te administres la insulina y lo que necesitas para tu manejo de una forma u otra, eso es lo que importa.
¡Gracias por compartir su historia con nuestra comunidad, chicas!
Tener miedo a las inyecciones de insulina es normal. Si tienes este miedo e interfiere con el manejo de tu diabetes, habla con tu equipo de atención médica para encontrar una solución diferente que funcione para ti.
El contenido educativo relacionado con las plataformas de manejo de la diabetes tipo 2 es posible gracias al apoyo de Lilly Diabetes. El control editorial recae únicamente en Beyond Type 2.